La condena hermenéutica
Para constituirse las sociedades están obligadas a contarse a sí mismas. Sabemos que la acción que surge de esa narración es la vida y la cultura. Desde siempre la inercia de la tarea educativa ha querido jugar el papel aglutinante de la lectura, implícita en todo este entramado vital y su correspondiente proyección histórica. Sin embargo esta experiencia lectora, entendida en el sentido más amplio posible, ha generado desde sí misma la creencia de pertenecer exclusivamente a los ámbitos de la creatividad y de la voluntad humana. Hemos creído que la liberación educativa...