Diario de a bordo

Además de no abandonar el barco, las ratas se han hecho con el mando de la flota. Los humanos, confusos y amedrentados por la sangrienta explosión y hundimiento del buque-correo y por la tenaz referencia al mítico y terrible Diktátor, les han entregado el poder y son galeotes en las naves. Algunos recuerdan entonces el PNP, Pobre No País, que antaño y con otro nombre les perteneciera. Los PIF, Piratas Irredentos Fundamentalistas, y sus disidentes, los PIL, Piratas Irredentos Libres, se enfrentan y toman partido. A ellos se suman periodistas, observadores internacionales y finalmente...
