Nada es para siempre
Ser la protagonista involuntaria del cuento de la Cenicienta no tiene ninguna gracia. Hermenegilda se ha criado con una madrastra mala, una hermanastra aún peor y un padre indiferente, así que está acostumbrada a arreglárselas por sí misma. Y como todo cuento que se precie ha de tener un príncipe, que resulta ser un caradura y que termina liándose con su hermanastra. Así que cuando, por obligación, tiene que asistir a la boda, acepta la sugerencia de su mejor amiga y va acompañada de un desconocido con el que por lo menos pasará una noche entretenida. El problema es que elige al...