La fragilidad de una ética liberal
Victoria Camps analiza en estas páginas la fragilidad de una ética que nace y se desarrolla con el triunfo del pensamiento liberal. La defensa de las libertades individuales, de donde emanan los derechos humanos, potencia los intereses privados frente al interés público. Desde esta perspectiva, una ética liberal es tolerante y laica, carece de dogmas, se nutre de principios abstractos, aceptados en teoría, pero con escasa incidencia en la práctica, como lo muestran la impotencia frente a la corrupción y las dificultades para educar cívicamente y construir una moralidad pública. Como ...