Frio como el hielo
Se suponía que aquel trabajo sería pan comido, sólo debía entregar unos documentos al millonario filántropo Harry Van Dorn, conseguir que los firmara y largarse del yate. Pero la abogada Genevieve Spenser no tardó en darse cuenta de que el hombre al que todo el mundo creía un buen samaritano tenía un lado oscuro. Van Dorn pretendía convertir a Genevieve en su amante, al menos por una noche, para después deshacerse de ella como hacía con el resto de sus víctimas. Así que tendría que mantenerse despierta y alerta si quería sobrevivir a aquella noche. Pero en aquel barco había...