El sitio de la Historia
La vieja Historia griega y la historia magistra vitae ciceroniana exhalan un extraño aroma de eternidad, de negación del tiempo crónico con el fin de ubicar los acontecimientos en su “sitio”: el eón o aevum, la duración para siempre (de donde deriva nuestra “eternidad”. Esta paradoja clásica-que la historia como disciplina y narración impida la conciencia de la historia como vida que inscribe su sentido en sus propios avatares- se ve correspondida, tras la fusión del cristianismo con la Modernidad, con una paradoja inversa: aquí es justamente la convicción exacerbada de la...