Correspondencia, 1948-1986
“Hace unos años, poco antes de morir, Josep Vergés me envió unas carpetas con nuestra correspondencia de 40 años. Eran cartas contables y aburridas y las desestimé como posible objeto de edición. Posteriormente, al cambiar la dirección de destino, me hicieron ver que nuestras cartas no eran solamente interesadas, sino que por debajo de ellas, se manifestaba el nacimiento floreciente de una amistad. Alguien me descubrió el hecho de que Vergés aceptara naturalmente la subida de mis derechos al 15% y de que yo no le exigiera destruir el ejemplar de obra completa con más de 300...