El emboscado.
El anciano conde Olivier de Salvadrés ha vivido casi toda su vida fingiendo ser mujer. Arrepentido, hace confesión escrita de su pasado y de las circunstancias que lo abocaron a esa impostura, como penitencia ordenada por el abad Bonafides. La condena eclesiástica se cumplirá sobre el manuscrito, que será quemado públicamente en lugar del conde cuando éste ya haya muerto. Sabiendo que no se expone a la hoguera ni a la vergüenza, y sin hijos ni familiares que hayan de soportarla tampoco, el antiguo travestido no nos ocultará ningún detalle de su agitada existencia ni de sus...