El emboscado.

Álvaro es gallego y Amelia alicantina, de Torrevieja. Se enamoran en Santiago de Compostela y se casan en la iglesia de Santiago, de Orihuela. Durante la luna de miel de la pareja, en un pazo de Lugo, la vieja Meiga atemoriza a la novia con sus malos augurios. Pasan los años y la amarga profecía se cumple cuando menos lo esperaban. La terrible enfermedad de Amelia somete a una terrible prueba a Álvaro. El Destino ha repartido sus cartas y cada personaje las va a jugar como mejor sabe, pero la Vida también entra en la partida y la Muerte se reserva la última baza. ¿Cuántas heridas...

Un libro interactivo que revela cómo eran los primeros seres humanos. ¡Levanta las solapas, haz girar las ruedas y abre las ventanas de sus páginas si quieres descubrir una visión muy animada de la vida cotidiana de nuestros lejanísimos tatarabuelos!

En esta, su segunda obra, Rosario Aguilera Mendoza cuenta la historia de Saul, un joven no querido por su madre, por ser el fruto de una violacion, y de su medio-hermana Chayito, quien tambien tiene que padecer el maltrato fisico y psiquico de una madre infeliz, resentida e ignorante. "Sabemos que hay un Dios que nos da la vida y que solo el nos la quita. Por eso, como padres, debemos vivir una vida feliz al lado de nuestros hijos, no dejarlos jamas en la calle, sino darles una buena educacion. No debemos gritarles, sino hablarles con respeto y carino porque cuando se les habla, ellos...

Con el título común «Elementos de retórica» se reúnen las dos obras fundamentales que Giambattista Vico consagró a esta cuestión: la lección inaugural del curso académico de 1708 de la Universidad de Nápoles, publicada más tarde como «De nostri temporis studiorum ratione», y el manual de la materia, que Vico explicó en Nápoles entre 1698 y 1741, las «Institutiones oratoriae», y no llegó a editar en vida. Ambas constituyen un capítulo importante de la historia del humanismo y dan testimonio de la conexión entre éste y la retórica. Como ya advirtiera Hans-Georg Gadamer,...

«¡Sé plural como el universo!», reza un aforismo de Fernando Pessoa. Y así fue él como hombre y como poeta, de una multiplicidad única. A través de los autores a los que dio vida, como Alberto Caeiro, Ricardo Reis o Álvaro Campos, el poeta portugués consiguió hacer una personalidad, un heterónimo, de cada uno de sus principales contradicciones. En sus páginas dejó testimonio de una de las obras y vidas más intrigantes de la literatura del siglo XX. Ajeno a los mitos de la historiografía romántica, Ángel Crespo relata la trayectoria vital del personaje, en un viaje a la...