El Santo Rosario

Fray Luis de León empezó en la cárcel la Exposición del libro de Job (1583), con rasgos biográficos. Suma de las tradiciones bíblica y agustiniana y del neoplatonismo renacentista, esta obra muestra un notorio dominio de la lengua (que a juicio de fray Luis no era "dura ni pobre, sino de cera para los que la saben tratar").

En Los fundamentos de una “ilusión”, el autor se propone exponer de manera estructurada y para un público ilustrado, mas no necesariamente especialista en filosofía o teología, las reflexiones que conformaron el núcleo de la cátedra de Filosofía de la Religión que mantuvo durante más de tres décadas en la Facultad de Filosofía de la Pontificia Universidad Javeriana. Mi experiencia con la lectura de Los fundamentos de una “ilusión” fue el encuentro con un escrito que, desde sus primeras páginas, atrapó mi interés por dos motivos fundamentales: en primer lugar, porque...

¿Está usted enfrentando un problema extremadamente difícil o una situación para la cual no hay esperanza? Su corazón será transformado cuando medite en la gracia y la grandeza de Dios. Él le dará el valor para pararse en la brecha por quienes le rodean.• Sesiones en DVD que presentan testimonies actuales y el ejemplo de seis valientes personajes bíblicos que reconocieron situaciones en que debían pararse en la brecha y confiar en Dios. Seis sesiones, 7–10 minutos.• Esta guía de estudio ofrece desafiante preguntas para la conversación, pasajes bíblicos, devocionales diarios, ...

Con más de un millón de copias vendidas en todo el mundo, el popular libro de Joanna Weaver muestra a las mujeres cómo combinar la cercanía a Jesús con el servicio a Él. Una invitación para toda mujer que siente que no es lo suficientemente piadosa... que no ama lo suficiente... o no hace lo suficiente. Hoy en día, la vida de una mujer no es realmente tan diferente a las de María y Marta en el Nuevo Testamento. Como María, anhelas sentarte a los pies del Señor... pero las demandas diarias de un mundo ajetreado no te lo permiten. Como Marta, amas a Jesús y realmente quieres...