Alejandro Casona, cuyo nombre completo era Alejandro Casona Fernández, nació el 23 de marzo de 1903 en La Rasa, un pequeño pueblo en la provincia de Asturias, España. Fue un reconocido dramaturgo, poeta y novelista español, cuya obra ha dejado una huella significativa en la literatura del siglo XX.
Casona se trasladó a Madrid en su juventud, donde comenzó a estudiar en la Escuela de Arquitectura, aunque pronto abandonó esta carrera para dedicarse a la literatura y al teatro. Durante los años 20, empezó a colaborar con diversas revistas literarias y estableció contacto con otros importantes escritores de su época, como Rafael Alberti y Pablo Neruda. Su primera obra teatral, El caballero de las manos de oro, fue estrenada en 1926, pero fue con La muerte de un viajante que comenzó a alcanzar el reconocimiento en el panorama teatral español.
Casona se destacó por su capacidad para abordar temas universales como la muerte, el amor y el destino, a menudo a través de la fusión de lo real y lo fantástico. En 1931, escribió una de sus obras más emblemáticas, Los árboles mueren de pie, que explora la lucha del ser humano por sus ideales en un mundo cargado de desilusión. Su estilo poético y su sensibilidad le permitieron conectar con el público, convirtiendo sus obras en experiencias conmovedoras y memorables.
Con el estallido de la Guerra Civil Española en 1936, Casona se mostró inicialmente como un ferviente defensor de la República. Sin embargo, tras la victoria franquista en 1939, se vio obligado a exiliarse. Durante su exilio, vivió en Argentina, Uruguay y Francia, donde continuó escribiendo y produciendo obras que se hicieron populares en el ámbito hispanoamericano. En este período, escribió obras como El jardín de los cerezos y La dama de las camelias, así como varios cuentos y novelas.
En 1944, Casona regresó a España, donde continuó trabajando en el teatro y la literatura. A pesar de vivir bajo el régimen franquista, sus obras siguieron siendo relevantes, y se adaptaron a los nuevos contextos sociales y culturales de la época. En los años posteriores, recibió numerosos premios y reconocimientos, entre ellos el Premio Nacional de Teatro y el Premio de Literatura del Gobierno Español.
Uno de los rasgos más notables de la obra de Casona es su uso del simbolismo y la poesía, elementos que enriquecen sus narraciones y diálogos. Casona fue un pionero en la introducción de elementos del surrealismo y la fantasía en el teatro español, dejando una influencia duradera en futuras generaciones de dramaturgos y escritores.
A lo largo de su carrera, Casona escribió numerosas obras de teatro, cuentos y novelas, algunas de las cuales han sido adaptadas al cine y la televisión. Su trabajo no solo se centró en la creación literaria, sino también en la defensa de la cultura y los derechos humanos, convirtiéndose en una figura emblemática de la resistencia cultural en tiempos de opresión.
Falleció el 17 de septiembre de 1965 en Buenos Aires, dejando tras de sí un legado literario impresionante que sigue siendo estudiado y celebrado en la actualidad. Alejandro Casona es recordado no solo por su contribución al teatro español, sino también por su humanismo y su búsqueda de la belleza a través de la palabra.
Sus obras continúan representándose en teatros de todo el mundo, y su voz sigue resonando en los corazones de quienes buscan la verdad y la esperanza a través del arte.