José Joaquín Fernández de Lizardi fue un destacado escritor, periodista y político mexicano, considerado uno de los precursores de la novela moderna en México. Nació el 15 de noviembre de 1755 en la ciudad de Ciudad de México, en el seno de una familia de clase media. Desde joven, Fernández de Lizardi mostró un gran interés por la literatura y la escritura, lo que lo llevaría a convertirse en una figura clave en la escena literaria de su tiempo.
Estudió en el Real y Pontificia Universidad de México, donde se formó en disciplinas como la filosofía y el derecho. Su formación le permitió desarrollar un pensamiento crítico que más tarde reflejaria en su obra. A lo largo de su vida, Lizardi se enfrentó a numerosos desafíos, incluyendo la opresión del régimen colonial y la situación política cambiante de México, que influyeron profundamente en su obra literaria.
Fernández de Lizardi es más conocido por su novela "El Periquillo Sarniento", publicada en 1816, considerada como la primera novela mexicana. La obra narra las desventuras de un joven llamado Pedro Sarmiento, quien representa las vicisitudes de la sociedad mexicana de la época. A través de esta narrativa, Lizardi aborda temas como la educación, la injusticia social y la lucha por la libertad, utilizando un estilo que mezcla el humor y la crítica social. La novela no solo es un relato entretenido, sino que también sirve como una reflexión profunda sobre la naturaleza humana y las condiciones sociales de su tiempo.
Además de "El Periquillo Sarniento", Lizardi escribió otros trabajos notables, como "La Quijotita y su prima", que también se considera una de las primeras novelas escritas en México. En esta obra, Lizardi mezcla la sátira con elementos de la novela picaresca, creando un retrato agudo de la sociedad y las interacciones humanas. Su obra es rica en personajes complejos y situaciones que reflejan la realidad de su tiempo, lo que lo convierte en un autor relevante para entender la literatura y la cultura mexicana.
Aparte de su trabajo literario, Fernández de Lizardi también fue un ferviente defensor de la independencia de México y un crítico del sistema colonial. A través de su periodismo, abogó por reformas sociales y políticas, lo que le trajo conflictos con las autoridades de su tiempo. Fue encarcelado en varias ocasiones debido a sus opiniones políticas, lo que no hizo más que fortalecer su compromiso con la justicia social y la libertad de expresión.
En la última parte de su vida, Lizardi continuó escribiendo y publicando, aunque enfrentó dificultades económicas y problemas de salud. A pesar de estos desafíos, su legado literario perduraría, influyendo en generaciones posteriores de escritores. falleció el 21 de julio de 1827 en la ciudad de Ciudad de México, dejando un impacto duradero en la literatura mexicana.
A través de su obra, Fernández de Lizardi logró capturar no solo las luchas y esperanzas de su tiempo, sino también un profundo sentido de humanidad. Hoy en día, se le recuerda no solo como un pionero de la novela mexicana, sino también como un intelectual comprometido que luchó por un México más justo y libre.