Pan de nube

Rafe Ramsey no cree en el amor. Pero tampoco está dispuesto a aceptar el matrimonio de conveniencia que le ha preparado su familia. Una amiga de su abuela le propone viajar a Egipto y localizar a su nieta. Allí encuentra una hermosa mujer, que se hace llamar Ayisha. Rafe la convencerá para regresar con él a Inglaterra. Pero los oscuros secretos de su pasado saldrán a la luz amenazando con destruirlos a ambos y Rafe se verá forzado a elegir entre sus principios y su amor.

Una novela llena de ternura e intriga para los lectores de Una madre y El curioso incidente del perro a medianoche. Guille es un niño introvertido, con una sonrisa permanente. Tiene solo una amiga. Hasta aquí, todo en orden. Pero esta apariencia de tranquilidad esconde un mundo fragilísimo y con un misterio por resolver. Las piezas son un padre enc risis, una madre absente, una profesora intrigada y una psicóloga que intenta comprender qué esconde el niño. Una novela coral donde se mezclan sentimientos, silencios, vacíos y un misterio cautivador.

Además de un libro de autoayuda y superación personal, este libro es una historia que empezó con una niña de seis o siete años que, como todas, absorbió unas creencias y vivió unas experiencias que determinaron todo el resto de su vida desde su subconsciente. Cuando esa niña estaba a punto de cumplir cincuenta años, decidió morir porque su vida había sido el resultado de esas creencias disfuncionales y limitantes, fruto de sus experiencias y decisiones en edades tempranas del pasado. En ese viaje hacia otros mundos vio a Dios. El propósito de Dios eres tú es un libro que te...

Aunque la corte de la reina Isabel I en Richmond era famosa por ser el escenario de numerosas relaciones ilícitas y corazones rotos, la bella Adorna Pickering conservaba su inocencia. Porque, cada vez que se acercaba a ella algún pretendiente, buscaba la protección de su padre.Sólo un hombre tenía el poder de derribar la barrera de su timidez... sir Nicholas Rayne. Con su oscura reputación, Nicholas representaba todo lo que Adorna sabía que debía evitar. Pero ¿cómo podría quedarse indiferente si con sólo rozarla la volvía loca de deseo?