Su nombre era Dolores

Una interpretación revolucionaria sobre un rey revolucionario “En la interminable procesión de faraones egipcios, Akhenatón es un caso único. Parece diferente: su apariencia, a menudo extraña, en el arte –alargada y amanerada- está en desacuerdo absoluto con la del tradicional gobernante-héroe egipcio. Y parece que también actuó de manera diferente llegó a abandonar el panteón tradicional de Egipto a favor de un único dios, Atón, el disco solar.”

A través de los tiempos, los Esenios han sido un pueblo de todos los pueblos, una familia de almas que ha mantenido viva la religión de la Luz en la tierra. La religión es el vínculo de vida que une al hombre con el mundo divino, que le permite conocerse a sí mismo, tejer buenas relaciones con su familia y con todos los reinos de la naturaleza. La religión de la Luz, o religión esenia, no pertenece a ningún pueblo, es sólo divina. Es la inteligencia superior la que guía a los hombres en sabiduría y verdadera realeza.

Con humor y desenfado Virginia Gamba desafía todas las reglas y nos regala una sucesión de relatos a veces conmovedores, a veces hilarantes, que simplemente no pueden abandonarse. Fragmentos de una vida extravagante y bohemia, pero regada también de esfuerzo, desilusiones y tropiezos, de una mujer de este lado del mundo que se abrió camino en un universo de hombres, contra todos los prejuicios y las convenciones de su época.

La biografía de Cristián Precht resume de manera dramática la historia reciente de la Iglesia católica chilena. La protagoniza un sacerdote de origen más bien conservador, que llegó a liderar un proyecto revolucionario para la Iglesia —la Vicaría de la Solidaridad— y se convirtió en un héroe de la defensa de los derechos humanos y de los perseguidos por la dictadura de Pinochet. Admirado y respetado de manera transversal, el carisma y la habilidad política de Precht lo convirtieron en un indispensable para distintos arzobispos de Santiago durante décadas. En momentos en que el...