La llave

¿Cuántas películas habéis visto en las que la protagonista es una chica modesta con mala suerte en los asuntos del corazón? ¿Y en cuántas ella tiene un amigo gay que siempre la ayuda? ¿En cuántas le rompen el corazón hasta que aparece el hombre ideal? ¿No estáis cansadas de los mismos argumentos? Pues bien, yo soy una de esas chicas modestas que no tienen suerte con los hombres. Tampoco busco demasiado, y como vivo en una ciudad pequeña, la oferta es más bien limitada. Me llevo algún que otro berrinche amoroso, aunque intento no amargarme. La desilusión me dura veinticuatro...

Me llamo Brian Hatcher y lo quiero todo. Quiero el control del club de moteros que dirige mi padre, quiero ver enterrado al asesino de mi amigo David y, más que ninguna otra cosa, quiero a Lisa, la hermana de David. Quiero a Lisa detrás de mí en la moto, en mi cama y bajo el hechizo de mi frío ardiente. No me importa que Lisa recele del papel que jugaron los Tornados de Hierro en la muerte de David ni que su objetivo, largo tiempo acariciado, sea trabajar de fiscal. No dejaré que sus deseos se interpongan en mi camino. Al final, yo siempre consigo lo que quiero.

Dos valiosos autorretratos del gran Paul Cézanne, uno del Hermitage y otro de la National Gallery, aparecen destrozados. Como consecuencia directa, el valor del resto de sus cuadros se dispara y aumenta la seguridad en colecciones privadas y museos. Tras el hallazgo, además, de un cadáver, New Scotland Yard hace venir a un experto en crímenes relacionados con el arte, de nombre Jack Oxby, para que encuentre al asesino. Ante los ojos de una comunidad artística internacional encolerizada y de un público estupefacto, el inspector Oxby se enfrenta con mano experta a un adversario...

La princesa que no quería ser princesa. Prefiere vestir la ropa de sus hermanos y jugar en el bosque con su unicornio Piper.