México, una revolución silenciosa?

Langley recorre los espacios compartidos entre las sociedades, las econom as y las culturas de M xico y Estados Unidos. Con la mirada objetiva del historiador, pero con la sensibilidad de quien conoce la vida en las calles fronterizas y los prejuicios y afinidades de las dos naciones, el autor recrea encuentros y desencuentros entre mentalidades, estilos de vida y tradiciones.

El siglo XIX todavía es percibido como una losa en la historia de España, como un laberinto político y social inexplicable en un país excepcional, cainita y fracasado. Sin embargo, esta visión dista mucho de la realidad europea de la época.Esta obra, divulgativa y novedosa, reivindica la importancia del «largo siglo XIX español» que transcurre desde 1793, cuando un ilustrado Carlos IV se enfrentó a la Revolución Francesa, hasta 1923, cuando su descendiente, Alfonso XIII, optó por una solución autoritaria, finiquitando así una intensa trayectoria liberal y constitucional.

Malgré l'importance des ouvrages consacrés au corporatisme au sein du monde occidental, la question d'une spécificité qui serait inhérente à des aires culturelles déterminées a été dans l'ensemble peu abordée. C'est précisément pour mieux comprendre quelle avait été la contribution de l'aire dite latine aux expériences corporatistes que s'est tenu à Paris à l'Ecole Normale Supérieure du 16 au 18 novembre 2006 un colloque international qui a conjugué les efforts de quatre pays européens (Espagne, France, Italie, Portugal) et deux pays sud-américains (Argentine, Brésil)....

En enero de 1871 aparecieron algunos casos de fiebre amarilla en los barrios de San Telmo y Concepción. Las medidas preventivas y de aislamiento fallaron, y la enfermedad se diseminó rápidamente por toda la ciudad. A diferencia del cólera unos años antes, esta epidemia parecía no tener fin. Entre enero y abril. Hubo más de 13.000 víctimas, con picos de 500 muertes diarias en Semana Santa. ¿Cómo reaccionó la sociedad frente a la crisis? ¿Cómo actuaron las autoridades? ¿Qué cosas cambiaron para siempre desde entonces? Morir en las grandes pestes nos sumerge en esa Buenos Aires...