No sueltes mi mano (Trilogía Inmarcesible 1)

Londres, 1872. En sus corazones, la atracción y la duda se fueron tornado abismo, deseo..., amor. Frances Atwood es una soñadora que plasma todo cuanto siente en resmas de papel. Desde muy pequeña, un solo deseo ronda por su mente: hacerse un hueco en el mundo de las letras. Admiradora de Jane Austen o de Christina Rossetti, Frances dista mucho de ser una jovencita casadera centrada en encontrar marido. Pese a ejercer un fuerte atractivo entre los hombres, su interés hacia ellos es prácticamente nulo. Ella se mueve en línea recta, sin curvaturas, sin baches, y es muy probable que no...

Damien Archer, conde de Grayson, y lady Charlotte Lawson son totalmente opuestos. Él tiene cabello y ojos oscuros, ella es rubia de ojos azules. La piel de alabastro de Charlotte contrasta con la piel bronceada de Damien. Con su 1.80 de estatura. Damien es alto, mientras ella tiene poco más de 1.50 m. Además, el talante alegre de ella contrasta con la naturaleza taciturna de él. Pero lo más molesto es la tendencia de Damien a ignorar las reglas de la sociedad, mentras ella las sigue todas, sin falta. Damien no desea nada más que pasar su tiempo de parranda, bebiendo y apostado, mientras ...

Jeff Jackson, detective retirado de la policía de Boston, quien se jubiló anticipadamente después de ser herido en un tiroteo y de que una bala alojada en su columna vertebral fuera su recuerdo de despedida, ha regresado a la isla de la Viña para arreglar los asuntos de su padre fallecido y pescar. La Dra. Zee Madieras, médico forense del hospital local e hija del jefe de policía, también es una amiga que se codeó con Jackson cuando éste pasó el verano en la isla. El jefe de policía Madieras está esperando que el consejo local apruebe su liderazgo continuo, pero el primer cadáver ...

EDICIÓN ESPECIAL LIMITADA CONMEMORANDO EL 60 ANIVERSARIO DE EDHASA. A partir de la autobiografía del emperador Tiberio Claudio, nacido en el año 10 d.C. y asesinado y deificado en el año 54, se recrea la grandeza, la crueldad y la depravación de los mandatarios de la Roma imperial.

La penumbra deja paso a los primeros rayos de sol mientras una joven camina despacio y desorientada por las calles desiertas de Nueva York. Su lento caminar presagia lo que está a punto de ocurrir. Su vida se detiene en el momento que su cuerpo se desploma en el suelo dejando tras ella un reguero de sangre. Nadie en la veintitrés, ni la capitana Grace Atler ni el detective Evan Reed serán conscientes de que asumir este caso que les acaba de ser asignado, supondrá para ellos lo más cercano a una sentencia de muerte…