El destino debe ser algo así

Hace falta valor para dejar caer tus muros y poder escribir un felices para siempre... Scott es un escritor que no tiene una vida sentimental estable. Cada fin de semana tiene sexo con una muchacha diferente de la que después no recuerda nada... hasta que un día comienza a tener sueños con una de las chicas con la que se acostó. No sabe su nombre ni recuerda ningún otro dato sobre ella, lo único que sabe es que debe encontrarla. Alison es una escritora de novelas románticas con una vida sentimental desastrosa. Aunque sale y tiene relaciones con hombres, nunca ha estado en una relación ...

A pesar de que nunca se vieron, se conocen muy bien. Audrey y Brad se conocen a través de internet y, a pesar de lo mucho que quieren verse en persona, un día pierden el contacto. Cinco años después, ella viaja a Inglaterra, al pueblo en donde vive él y, si bien pasó mucho tiempo desde la última vez que hablaron y es probable que no quiera verla, espera encontrarlo.

Esta pequeña colección de relatos, inaugura un nuevo género que se nutre de la ciencia ficción, la ficción especulativa, la realidad fantástica, y la literatura transpersonal. Lo hemos llamado "Consciencia ficción". "Unas píldoras que te van dejando poco a poco sin respiración. Al leer cada relato, se van incrementando las ganas de conducir en una cálida tarde de verano desde el Gorg hasta la plaza de las Glorias y quizás mucho más allá de lo que la vista es capaz de darte, hasta llegar a un lugar sin nombre definido. Una aventura muy recomendable."

"...Mis padres me enviaron al pueblo para que volviese siendo otro, cuando lo más fácil es que otro volviese siendo yo" La manera de entender la vida de Luis Pérez Oso y, sobre todo las maneras, hacen que ésta le responda con la mano abierta. Mientras el niño se hace adolescente, va descubriendo el amor y el gran misterio que oculta su familia.

Aquella noche de pasión dejó un recuerdo imborrableAtraída por una fuerza magnética y poderosa, Anna Bailey, la camarera del bar del hotel Mirabelle, salió del cascarón y por una sola noche dejó a un lado la timidez en brazos del apuesto italiano Dante Romano… Pero cinco años después, su único recuerdo de aquel hombre sería su adorable hija, Tia. Dante había luchado mucho para llegar adonde estaba, pero nada podía compararse con lo que acababa de descubrir. Tenía una hija… Casarse con Anna era la única solución posible para enmendar los errores del pasado.

Una lección sobre cómo los problemas pueden convertirse en segundas oportunidades si sabemos realmente qué queremos hacer.