Haciendo de la lengua su única patria y con esa maestría sin igual que lo distingue, Juan Gelman se adentra, una vez más, en las profundidades de la poesía. Y por obra de su palabra, los espacios más oscuros se iluminan y la realidad cobra otro sentido. Escritos durante los últimos dos años, en estos espléndidos poemas asoman las claudicaciones humanas, el silencio, los amores perdidos, los balbuceos del cuerpo, la orfandad; y retornan el tango, el corazón y las pasiones, la muerte, los neologismos. Las imágenes, aunque desgarradas, reparan "los besos burocráticos", las "cicatrices ...